En la anterior entrega se plantearon los resultados de un estudio que nos mostraba los distintos estilos comunicativos, generados a través de las nuevas tecnologías. Por medio de sus resultados podíamos llegar a comprender como la comunicación mediante ordenador generaba un estilo de comunicación normativo entre usuarios. Pese a todas las ventajas que ha traído el uso de Internet, el aislamiento y el anonimato son una de las principales características de aquellos que pasan la mayor parte de su tiempo conectados a la red.
Robert Kraut[1] en su primera investigación, sobre la función comunicativa del uso de Internet (1998) había concluido que la relación entre Internet y la soledad, afectaba la comunicación familiar, seguida de los círculos sociales del usuario. Posteriormente (2001) se retractó y sostuvo lo contrario.
Po su parte, la psicóloga Melissa G. Hunt[2] en el estudio que realizo en 2018 (entre estudiantes universitarios) centrado en el uso de tres red: Facebook, Snapchat e Istagram, mostró que el grupo que REDUJO el uso de redes, experimentó disminuciones significativas de depresión y soledad.
Pero ¿porque son tan populares las redes sociales? Como apunta la psicóloga Myriam García Bartolomé, si somos realistas, todos buscamos escondernos detrás de perfiles más amables y atractivos para reforzar nuestra autoestima.
España en 2018 mostraba que un 97% de los jóvenes entre 14 y 24 años usó el Whatsapp para comunicarse con sus familiares y amigos. El 83% hizo uso intensivo del móvil y un 60% de la población envió mensajes instantáneos a lo largo del día. Las repercusiones de este uso desproporcionado son entre otras:
- Peor atención sostenida
- Impaciencia
- Personas más volubles
- Individualismo
- Indecisión
¿Qué causas pueden llevar a ciertas personas a elegir esa soledad? Entre las causas externas pueden darse las situaciones estresantes que tiene que ver con aspectos sociales o de relación interpersonal. Entre las causas internas puede esconderse el miedo al compromiso. Un dato alarmante si consideramos que los sondeos realizados en 237 países, coordinados entre distintas universidades del mundo, han detectado que los jóvenes de hoy son más solitarios y herméticos que los de otras generaciones, más incluso que los mayores de 60-70 años[3].
Más allá de estos datos, no podemos olvidar que entre esos ermitaños moderno hay peligrosos extremos, como es el caso de los llamados kikikomori [4] Un término japonés que da nombre a los miles de jóvenes que viven sin salir de su cuarto. Entre las conductas de estos jóvenes se encuentran conductas inadecuadas y frecuentes explosiones de ira. Algunas de las causas psicológicas que pueden estar detrás de estas actitudes son los sesgos cognitivos o las distorsiones cognitivas. En estas líneas hablaremos de dos tipos de conducta: El retraimiento y la cerrazón.
El retraimiento suele producirse por la timidez, un elevado malestar o incomodidad que inhibe la conducta del sujeto en presencia de otras personas o circunstancias por temor a ser excluido o por carecer de habilidades sociales. Esto puede deberse a factores del propio sujeto o factores ambientales, como la sobreprotección.
Imaginemos una situación que genera malestar, si la retirada alivia ese estado de angustia lo que ocurrirá es que, esa conducta se verá reforzada y ante una situación similar se optará por repetir la misma estrategia, es decir, la retirada.
La cerrazón por su parte es la actitud de mantenerse firme en una idea, intención u opinión sin la flexibilidad adaptativa que proporciona tener en cuenta otras posibles explicaciones. Puede darse con una falta de capacidad para entender las cosas.
Parece que lo que queda claro es que hay que hacer un uso responsable de la tecnología. Sin olvidar por supuesto otros factores como los personales, culturales o ambientales. Ante este panorama no todo está perdido, si bien la prevención es la clave de todo hay que insistir y promover la apertura al dialogo con los demás. Hemos de proporcionar o facilitar los medios para que otros ejerzan conductas adaptativas como:
- La toma de decisiones
- La creatividad y curiosidad
- La introspección
- La confianza
Los seres humanos necesitamos a los demás para desarrollar estas capacidades y urge el dialogo cara a cara donde encontrarse con la mirada del otro como desencadenante de emociones, buscado participar y hacer a otros participes de estímulos sensoriales como el tono de voz, y sobre todo ser capaces de transmitirnos pensamientos y palabras cálidas de aprobación.
En una sociedad donde parece que prima el lenguaje escrito de las nuevas tecnologías no debemos perder el lenguaje verbal y el contacto presencial, relacionándonos de manera más afectiva.
[1] https://www.clarin.com/sociedad/internet-asociada-depresion-soledad_0_H1HggYPlAFl.html
[2] Universidad de Pensilvania (EEUU) https://penntoday.upenn.edu/news/social-media-use-increases-depression-and-loneliness
[3] Revista del teléfono de la esperanza: avivir nº 274 (pp. 10-11) de setiembre de 2019